lunes, 16 de enero de 2012

EXCLUSIÓN SOCIAL

Esta entrada la voy a dedicar a la exclusión social, uno de los temas abordados por Jose durante las últimas semanas de clase; ya que no lo toqué en la entrada anterior (pese a haber dicho que lo haría, pero me pareció oportuno cortar en este punto, y dedicar una nueva entrada exclusiva para el tema de la exclusión).
La exclusión social es un fenómeno presente en nuestra sociedad, y como tal presenta una serie de características propias, que son:
·         Fenómeno estructural: pues afecta a la estructura de la sociedad en general, y siempre está presente en ella.
·         Multidimensional: pues existen diferentes dimensiones por las que una persona puede caer en exclusión social, y que son necesarias de abordar todas ellas si queremos realmente darle solución al problema. Para ello seguiremos unos pasos que comiencen con el análisis de las necesidades, el cual nos va a decir por dónde “atacar” primero.
Esto fue visto en clase como un círculo alrededor del cual se encontraban todas las dimensiones a tratar y, mediante el análisis debíamos ver por dónde cortar el círculo.
·         Dinámico: las situaciones consideradas en exclusión pueden variar, y lo hacen, no sólo en unas sociedades respecto de otras, sino también en la misma sociedad con el paso del tiempo; la sociedad es dinámica y, como tal, varía, así como varías sus situaciones y las percepciones de las mismas.
·         Acumulativo: para que hablemos de una exclusión real debe haber una acumulación de dimensiones, no basta solo con una; si bien, no todas van a tener la misma intensidad.
·         Global y variable: Puede afectar a cualquier persona o colectivo de la sociedad.
Por otro lado, tras ver sus características, hemos analizado los factores de la exclusión, que pueden ser de muy diferentes tipos, como laborales, económicos, residenciales, educativos y culturales, personales y relacionales, y sociopolíticos. Todo esto, en clase, lo analizamos en un gran cuadro. Lo que nos viene a mostrar el cuadro son los factores que pueden darse para que se produzca la exclusión o inclusión de la persona en la sociedad; se producirá inclusión si se dan buenas condiciones de estos fenómenos, y se producirá exclusión si las condiciones que se dan son negativas. Del mismo modo, como ya hemos dicho antes, para que estemos ante una situación exclusiva deben darse varios de los factores, de lo contrario estaríamos, como mucho, en una situación de vulnerabilidad.
Sobre esto han teorizado autores, que dan prioridad a unos u otros factores, si bien yo creo que cada persona, en cada situación de vulnerabilidad o exclusión tendrá sus propias “preferencias” y habrá que otorgar más importancia a uno u otro en función de la persona. Si bien, aún así, cabe destacar a Castel, quien daba la mayor importancia a los factores familiar y relacional junto con el de integración laboral y económica. En base ellos podemos encontrarnos con una persona integrada, en zona de vulnerabilidad o excluida, algo que ya analicé hace poco, cuando hablaba de alas teorías que planteaban el por qué de la desadaptación.
Además estuvimos viendo cómo estas variables pueden estar condicionadas o afectadas por el sexo, la edad, el grupo étnico, etc. por ejemplo podemos observar esto cuando a la mujer se le paga menos que al hombre en un mismo trabajo, o a un inmigrante, o no se quiere contratar a una persona por tener una edad más avanzada…
Por otro lado, analizamos los ejes de la inclusión/exclusión social, entre los que están: la familia y el capital social, que hace referencia al entorno más próximo en el que me desarrollo, donde se encuentran mis redes sociales; la participación en el mercado laboral, que se refiere a la capacidad generadora de recursos económicos de los individuos, capacidad que hay que promover en ellos, para que tengan autonomía; y, el tercer eje al que pasaríamos superados éstos sería el reconocimiento y la participación pública, que se refiere a la ciudadanía del individuo, al ser partícipe de su propio entorno social. Es importante saber que deben darse los tres para que salgamos de la situación de vulnerabilidad (o exclusión) de la persona.
Además, también hemos hecho un repaso a los grupos sociales que tienen mayor riesgo de vivir la exclusión, como son las mujeres con cargas familiares no compartidas, los jóvenes en situación de fracaso o abandono escolar, la comunidad gitana, los parados de larga duración y las personas sin hogar. La verdad es que esta relación de grupos, publicada hace varios años, quizá debería actualizarse bajo mi punto de vista, pues yo creo que, por ejemplo, la comunidad gitana, una comunidad como otra cualquiera, no debería ser incluida aquí, puesto que, como todas, tiene sus propias normas de vida y su estilo, el cual puede ser aprobado o desaprobado por ciertas personas, pero entonces deberían incluirse muchas otras comunidades como la marroquí, por poner un ejemplo cualquiera. Además, los parados de larga duración, el fracaso escolar, etc. son fenómenos que van en aumento, y, si bien creo que son más propensos a la exclusión, también creo que esto acabará por cambiar, y se harán más fuertes ante las adversidades si la situación no mejora.
Por último quisiera destacar una idea que me pareció importante, la diferenciación entre desadaptación objetiva y subjetiva. La primera se refiere al momento en el que el individuo comienza a presentar comportamientos que se consideran desadaptados; la segunda se da con la intervención, cuando se personaliza e institucionaliza el conflicto. A lo largo de la historia ha habido muchos modos de dar respuesta a la desadaptación, como ya vimos con Almudena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario